El mayor beneficio de un monitoreo continuo comparado con las muestras isosinéticas periódicas, es descubrir cual filtro esta fallando cuando el daño y la fuga todavía están en etapa temprana. Operando en la forma correcta, se previenen emisiones de polvo que están por encima de los valores permitidos.

Cuando la fuga de polvo genera una alarma, es posible correlacionar la alarma con el elemento de filtro dañado (bolsa o cartucho) que ha causado la fuga. Esto nos permite identificar el elemento de filtro dañado y desconectar la electroválvula que ha desarrollado la limpieza para así proporcionar el mantenimiento adecuado y remplazar el elemento dañado. De esta forma es posible dejar trabajar los filtros sin contaminar y sin dejar de trabajar.